Los libros de guerra han ocupado a los escritores desde que el mundo es mundo. Desde Homero que en su largo poema épico “La Illiada” relata el asedio de la ciudad de Troya por parte de los aqueos y sus aliados, pasando por Julio César que describió sus hazañas militares en “La guerra de las Galias”, o Tucídides, el autor de “la Guerra del Peloponeso, hasta John Keegan que en su gran libro “El rostro de la guerra” hace una descripción de tres batallas famosas.
Desde ese interés que han mostrado los escritores, hagamos la reseña de 3 importantes libros de segunda guerra mundial, mas otro que describe la Gran Guerra.
Stefan Zweig fue un escritor austriaco que sufrió en sus propias carnes el acoso de la Gestapo y vio como la Europa libre que tanto amaba desaparecía bajo el totalitarismo.
Una novela de ajedrez, uno de los libros de segunda guerra mundial, aunque hable de ella de manera indirecta, es una crítica de los métodos de la policía nazi, pero también es una alabanza de la fortaleza mental que el ajedrez alimenta en quien lo estudia.
El protagonista de la novela, el Doctor B, un abogado aficionado al ajedrez pasa por una experiencia parecida. Durante una travesía en barco por el atlántico, juega una partida de ajedrez con el campeón del mundo y logra las tablas.
El campeón del mundo, de nombre Centovich, le ofrece inmediatamente la revancha, sin llegar a comprender la razón de que un simple aficionado haya sido capaz de empatar una partida con él.
Es cuando el abogado Doctor B cuenta su experiencia: durante una detención en Austria por parte de la Gestapo y su confinamiento en una habitación donde se la aísla completamente y no se le permite que hable con nadie, descubre un manual de ajedrez. Gracias a este juego, nuestro protagonista sortea la locura y se hace mentalmente fuerte, resistiendo de paso los durísimos interrogatorios de la policía nazi.
La novela de Erich Maria Remarque Sin novedad en el frente ha pasado a la historia por ser uno de los libros de guerra más antibelicista.
En esta obra, se nos cuenta en primera persona, los avatares de Paul Baumer, un muchacho alemán de apenas 20 años, que al igual que muchos de sus compañeros, muy jóvenes también, se ven arrastrados a la guerra por una mezcla de patriotismo, honor, orgullo y un optimismo ingenuo.
La confrontación del idealismo con la realidad de la batalla, el clima pesado y asfixiante de las trincheras, la destrucción y muerte, que alcanza niveles desoladores, crea en estos esperanzados muchachos un sentimiento de desencanto y desolación.
Sin que esta generación joven lo pretenda, se les embarca en una de las mayores matanzas que se han producido jamás—más de 10 millones de muertos en la Gran Guerra—en nombre de la gloria, el honor y la patria.
Todos los amigos de Paul Baumer mueren en el frente o en el hospital por las heridas. Es un mensaje pesimista que va directo a todos los que se convencieron de que se hizo la guerra por honor. Pero solo trajo muerte.
Si esto es un hombre el primer volumen de la Trilogía de Auschwitz, escrito por Primo Levi, un científico italiano que vivió en sus carnes la experiencia terrorífica de un campo de concentración nazi.
Dentro de esta obra, abunda la crónica de las penalidades de los prisioneros a los que se les obliga a trabajar hasta la extenuación sin que apenas se les alimente, la tortura tanto física como sicológica, y la negación de que el otro es un ser humano como tú. Auschwitz es el testimonio de la barbarie de los nazis contra unos seres humanos por el mero hecho de ser de una raza distinta.
Si el diario de Ana Frank nos conmueve, nos hace reír, nos hace sentir al lado de Ana sus alegrías y tristezas, al terminar de leerlo, al conocer su final trágico en Auschwitz, el interior de nuestra alma se descoloca.
Esta suerte de reflexión íntima, de pensamientos, a veces ingenuos, a veces maduros, de esta niña adolescente, de los conflictos familiares, de su relación con sus caseros (los que esconden a la familia de la persecución nazi), se truncan cuando son detenidos y llevados a la muerte.
Pero nosotros no lo sabremos por el diario porque en él solo aparecen las entradas escritas hasta un par de días antes de la detención. Allí, en este maravilloso libro, se desliza el fabuloso mundo de Ana Frank, esa imaginación, esas ganas de vivir de alguien que a pesar de estar encerrada entre cuatro paredes y escondida junto a su familia, no pierde nunca la esperanza.